Desde hace algunos años me vengo preguntando ¿cuáles son las metas de las instituciones públicas?, éstas no son un negocio, por lo tanto sus metas no son ganar dinero, tampoco es elaborar estados financieros, libros contables, girar cheques, ni realizar procesos de contrataciones y adquisiciones, estas no sus metas; evidentemente la razón de ser de las instituciones públicas es el servicio a la comunidad, por ello ésta se constituye en su meta fundamental. No obstante, durante años los que ejercemos la Auditoría Gubernamental, no lo hemos percibido así; hemos enfocado y utilizado la mayor parte de los recursos en examinar temas colaterales, es decir asuntos financieras, contables, procesos de contrataciones y adquisiciones y, otros aspectos administrativos; con esto no quiero decir que este mal revisar estas áreas o procesos, lo que acuso, es que hemos dado más importancia en evaluar los procesos de apoyo y no al proceso principal, que es donde se realmente generan los bienes y servicios públicos.
Quienes ejercemos la Auditoría Gubernamental, tenemos muy en claro que no debemos involucrarnos en los actos de gestión de la entidad evaluada, pero lo que no percibimos, es que también existen metas comunes, que nos obligan a caminar junto a la gestión; al respecto debemos tomar conciencia que la Auditoría, también es instrumento de medición y monitoreo que puede brindar información valiosa de la forma como se viene gestionan los productos y servicios que generan las instituciones públicas, con que puede propiciar un ciclo de mejora continua, que beneficie a los peruanos más necesitados.
En otros países, como EE.UU y Canadá, la Auditoría de Gestión (Auditoría Operativa) es obligatoria y se realiza anualmente, ¿Por qué?... ¡Les interesa saber que los bienes y servicios públicos, lleguen en la calidad y oportunidad a los más necesitados! Aquí en el Perú, pese a que aún no se ha logrado mitigar muchos problemas sociales, lamentablemente no lo es.